sábado, 20 de octubre de 2012


No sé bien por qué tienen lágrimas mis ojos, debe ser porque a veces me inundan los sueños, me inunda el querer saber, me llueve a cántaros el pueblo en que nací, se me nubla Caracas, los libros que he leído se me desordenan y las esperanzas se acumulan; todos los espacios se me han quedado pequeños y por eso estoy aquí, siempre buscando salir, una vez quise ser astronauta, un día decidí ser científica y estudiar la tierra y el petróleo, pero lo dejé porque quería volar, siempre he querido volar y atarme a la tierra no era lo mío, así fue como mi primera opción se convirtió en la mayor ridiculez que jamás he podido cometer. Ando tanto en las nubes que cada vez que aterrizo me duele y lloro, lloro por horas, por días, una vez pasé un mes llorando sin pausa, creo que había pasado un año intentando llegar a júpiter, ya ven cómo soy, casi nunca estoy pensando en lo que pasa o en lo que pasará sino en lo que podría pasar y nunca pasa "¿si no va a pasar por qué no imaginarlo?". Alguien me dijo una vez que me consideraba una persona muy fuerte, vive un engaño, porque para mí ser fuerte no es vivir siempre de lo que no existe, no es crearse un mundo donde no todo sea perfecto, pero sí diferente, no es esconderse tras la máscara del pacifismo y la perseverancia, contemplar, observar, anotar y seguir caminando.
Sentir el sol en la parada de autobús mientras todos se preguntan por qué se tarda tanto, llorar porque la ruta es siempre la misma pero no es igual, me siento entre Escila y Caribdis, en el medio de tanto futuro y tanto pasado, nadie sabe por qué pasan exactamente las cosas, pero siempre pasan por algo, yo siempre canto, no sé si me escuchen, pero siempre canto, lloro lo mismo.
Dicen que el miedo es lo que hace que la vida tenga sentido, lo que te impulsa, el miedo es lo que te hace valiente. La misma persona me dijo que no dejara que algo me hiciera daño, pero ¿y si soy yo misma? no puedo alejarme de mí.
Creo que estoy amotinada de tanta historia, de que cada segundo sea pasado y futuro al mismo tiempo, de que cada día sea una página y todas las hojas se me revuelven en la cabeza, esa llovedera también me tiene mal, todas las hojas se mojan, tanto estudio y tanta cosa, pero uno nunca sabe nada de mañana, solo que es domingo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario