miércoles, 24 de octubre de 2012

Hoy volví a nacer.

No soy precisamente una persona que crea en sí misma, podría decir que más bien es todo lo contrario. Siempre he tenido sueños grandes, siempre he querido ser una artista, pero se supone que un artista debe expresarse y es justamente a eso a lo que siempre he tenido miedo, he querido enfrentarme a ello muchas veces y he fallado, pero esta vez ha sido diferente.
Me puse como meta audicionar para teatro y lo he hecho, he superado el miedo, he dejado de lado mi timidez y mi inseguridad, toda mi desconfianza se quedó en el asiento y yo me paré, me enfrenté a la luz y me paré en el centro, me dije: "Siempre hay una primera vez y esta es la mía" Y aquí estoy, teniendo este efecto secundario, esta incredulidad de haber superado mis propias limitaciones y estando tan sorprendida, tan satisfecha que los resultados del viernes no van a cambiar esta sensación de logro, de ya haber ganado.

sábado, 20 de octubre de 2012


No sé bien por qué tienen lágrimas mis ojos, debe ser porque a veces me inundan los sueños, me inunda el querer saber, me llueve a cántaros el pueblo en que nací, se me nubla Caracas, los libros que he leído se me desordenan y las esperanzas se acumulan; todos los espacios se me han quedado pequeños y por eso estoy aquí, siempre buscando salir, una vez quise ser astronauta, un día decidí ser científica y estudiar la tierra y el petróleo, pero lo dejé porque quería volar, siempre he querido volar y atarme a la tierra no era lo mío, así fue como mi primera opción se convirtió en la mayor ridiculez que jamás he podido cometer. Ando tanto en las nubes que cada vez que aterrizo me duele y lloro, lloro por horas, por días, una vez pasé un mes llorando sin pausa, creo que había pasado un año intentando llegar a júpiter, ya ven cómo soy, casi nunca estoy pensando en lo que pasa o en lo que pasará sino en lo que podría pasar y nunca pasa "¿si no va a pasar por qué no imaginarlo?". Alguien me dijo una vez que me consideraba una persona muy fuerte, vive un engaño, porque para mí ser fuerte no es vivir siempre de lo que no existe, no es crearse un mundo donde no todo sea perfecto, pero sí diferente, no es esconderse tras la máscara del pacifismo y la perseverancia, contemplar, observar, anotar y seguir caminando.
Sentir el sol en la parada de autobús mientras todos se preguntan por qué se tarda tanto, llorar porque la ruta es siempre la misma pero no es igual, me siento entre Escila y Caribdis, en el medio de tanto futuro y tanto pasado, nadie sabe por qué pasan exactamente las cosas, pero siempre pasan por algo, yo siempre canto, no sé si me escuchen, pero siempre canto, lloro lo mismo.
Dicen que el miedo es lo que hace que la vida tenga sentido, lo que te impulsa, el miedo es lo que te hace valiente. La misma persona me dijo que no dejara que algo me hiciera daño, pero ¿y si soy yo misma? no puedo alejarme de mí.
Creo que estoy amotinada de tanta historia, de que cada segundo sea pasado y futuro al mismo tiempo, de que cada día sea una página y todas las hojas se me revuelven en la cabeza, esa llovedera también me tiene mal, todas las hojas se mojan, tanto estudio y tanta cosa, pero uno nunca sabe nada de mañana, solo que es domingo.

jueves, 18 de octubre de 2012

La casualidad

Y lo que me tardé de la universidad a mi casa ya es otro cuento que cambia el significado de lo diario a algo que parece ser un rompecabezas que alguien más ha armado y pretende, que habiendo colocado las piezas por allí en las diferentes estaciones de metro y metrobús, nos dediquemos a ver si cuadran o no en el orden que mejor nos parezca y si tiene compasión podría guiarnos, pero solo hasta cierto punto, porque después es nuestra responsabilidad y si no entendimos quién sabe qué será de nosotros.
¡Vaya lío me he armado! y solo por pensar que las casualidades no existen, que encontrar una aguja en un pajar no significa que busqué bien sino que por cosas más allá del entendimiento tenía que encontrarla, ajá y ahora qué, ya tengo la aguja pero nada que coser, todo ya está hecho, me quedo yo con mi aguja en una mano y la incógnita del destino en la otra ¿Y tus besos dónde están? ah, no llegaron, había retraso en línea uno, claro eso me pasa por vivir tan lejos, pero lejos queda todo en esta vida y si está cerca no lo agarres.
Viviré de aquí para allá, intentando entrar o salir si que acaso no son lo mismo, ya que hay antónimos que se parecen tanto, como tú y como yo por ejemplo, la vida es tan paradójica que es absurdo buscarle sentido, pero si los perros siguen persiguiendo su cola por qué nosotros no hacer lo mismo, igual de alguna manera hay que pasar el tiempo, eso es mejor a que el tiempo nos pase a nosotros y ya sea demasiado tarde para correr.

martes, 16 de octubre de 2012


Sobreactuaba, miraba a la nada y luego le miraba a él, ahí tan cerca, su brazo blanco hijo de inmigrantes, sus vellos, su mano, su mano en el espaldar de mi silla y el anillo dorado en su mano, y ahí estaba el límite, no en el cielo, no en el mar, no en lo azul. Y combinaba miradas perdidas con encuentros fallidos. Él me dirigía, parecía metafórico, parecía redundante porque es lo que siempre hace, con mayor o menor evidencia, con o sin público, y ahí viene otra pausa y otra explicación y otro significado escondido, otra pista, un poco menos de tierra sobre el cadáver,  y yo con las manos sucias de tierra, yo culpable de ser inocente, de caer en una mirada, en una celda, en una caja, en un sueño; caer no es lo más difícil, rodar es más angustiante, caer el fácil, es como la muerte, y levantarse es natural, pero rodar, rodar es encontrarse frente a frente con el camino, es sentir cada una de sus irregularidades, es deslizarse si es muy suave y quemarse si se va muy rápido. Subir y bajar eternamente por su espalda, y cuando voltee buscarle moraleja a la pared, ser una profesional en ver las diferencias de cada ladrillo, porque nunca se es solo un ladrillo más en la pared, nunca hay nada igual aun después de la industrialización y aunque lo original haya perdido significado estamos seguros de que todavía existe. Siempre habrá algo que domesticar, algo más allá del mirar, algo por nombrar, algo por hacer especial.

lunes, 15 de octubre de 2012

Miel


Pude perderme en sus ojos, pude inventarme un mundo en unos pocos segundos, en la mirada más profunda que hemos cruzado. Fue un instante de luz y oscuridad a la vez. Fue una llama que preferiste apagar por temor a una explosión, lo que no sabes es que ya todo se dio, que ya pasó lo peor, que ya caí, en un rincón, en un hoyo y sí, bastaba con que me opusiera a ello, pero no quise, es ese placer que te lleva a la muerte lo que me llevó a ti, a cada quien su papel y el mío es ser quien no debería haber sido desde un principio, el  mío es ser irracional, saber pero no hacer caso de mí misma , contradecirme hasta el punto de traicionarme, amarte hasta el punto de no atender a límites, entrar en tu mirada sin pedir permiso.

viernes, 5 de octubre de 2012

Un huracán libre

Salió por módulo 6, imaginé que se dirigía al ascensor, espero que no me haya visto y que en el par de miradas que cruzamos no haya advertido la rapidez de los latidos de mi corazón indiscreto.
La universidad está tan tranquila, tan repentinamente vacía, ligera, brisa, sombra, murmullos, tan contemplable como él cuando se dedica a pensar, a pensar cada detalle, la hormiga que camina entre las hojas y cuando pensar se convierte en soñar y una gota de lluvia te grita que despiertes, y yo no quiero y me repito que solo será una nube, luego recuerdo que tú también fuiste una nube y me llueves de vez en cuando, y tengo frío pero tú no  puedes arroparme y no, no quiero despertar, me imagino que cada gota en mi espalda es un beso tuyo.
¿A dónde van las miradas que no se encuentran?
Y en ese ensueño me pasas por el frente, despacio como la brisa y sonríes y me sonrío, después de ti la brisa es fría, es penetrante, la brisa grita porque está sola y tú ya has pasado.
¡Ay si eres nube no me lluevas! no vuelvas y no te vayas.
Sé huracán y llévame.